VICENTE BIANCHI ALARCON
Nació el 27 de enero de 1920 y falleció el 24 de septiembre de 2018. Músico chileno de prestigio internacional, pianista, compositor, instrumentador, director de coro y orquesta. Autor de más de ciento cincuenta obras para piano, canto, orquestales sinfónicas, en los géneros selecto, religioso y popular.
Sin embargo, sus aportes no sólo son significativos por su prolífica y extensa labor, sino porque Vicente Bianchi ha rescatado la identidad nacional, llevando nuestra música folclórica al campo sinfónico.
Musicalizó los poemas del Premio Nobel de Literatura Pablo Neruda. Su contribución a la música religiosa, y su gran labor como director de coro y orquesta, lo llevaron a musicalizar películas, comedias musicales y documentales.
A todo lo anterior, se suma su aporte a la sociedad a través de su participación en diferentes organizaciones sociales y su trabajo como creador y gestor cultural en La Reina. El Centro Cultural de La Reina, hoy lleva su nombre.
NERUDA Y BIANCHI EN CANCIONES
Una de las grandes inquietudes de Vicente Bianchi ha sido la composición de música chilena, pero no destinada sólo a una elite, sino a la gente común, de manera tal que las personas se pudieran identificar con ella.
Tomó los versos “Vida pasión y muerte del guerrillero”, del “Canto General” de Pablo Neruda y los musicalizó. Inicialmente los había llevado a cueca, sin embargo posteriormente los convirtió en tonada. Optó por este último tipo de música, porque le otorga la dignidad que merece el verso y la historia, a diferencia de la cueca que es festiva.
Cuando, en 1955, le presentan el tema, el Premio Nobel afirma “Esto es lo que soñé toda mi vida. Llegar con mi poesía al pueblo. Porque hay muchos que me leen, pero es una elite. Lo que yo quiero es llegar en forma masiva”.
Pablo Neruda sugirió re-nombrar esta obra como “Tonadas de Manuel Rodríguez”. Esta sería la primera de una serie de obras titulada Música para la Historia de Chile, que comprende “Romance de los Carrera”; “Canto a Bernardo O’Higgins” y “A la Bandera de Chile”, con versos exclusivos para su musicalización, de acuerdo a la métrica propia de este género popular.
Otras obras del binomio Neruda Bianchi son aquellas que podrían denominarse como Canciones Populares Románticas. En este grupo se incluyen algunos de sus “Cien sonetos de amor” como el destacado “Poema 15”, “Te amo y no te amo”, “Te quiero, porque te quiero”, “Antes de amarte” y “No estés lejos de mí”.
Una mención especial merece “La noche de Chillán”, cuyos versos escribió Neruda días antes de morir. Con este tema, musicalizado como vals, Vicente Bianchi obtuvo el Primer Lugar en el Festival de Viña del Mar en el género folclórico, en febrero de 1998. Sin embargo no es la única obra de Vicente Bianchi con letra de Neruda que ha sido reconocida en este certamen. En el año 1973, “A la bandera de Chile” con versos de Neruda, obtuvo el Segundo Lugar en la Competencia Folclórica.
Las composiciones anteriormente mencionadas están reunidas en el CD “Neruda y Bianchi en canciones”, grabado en el año 2006, tras obtener aportes de FONDART.
Otros de los poetas destacados con los que tiene coautoría son Julio Barrenechea, Diego Barros Ortiz, Víctor Domingo Silva, Orlando Cabrera Leiva, Rubén Campos Aragón y el poeta venezolano Félix Armando Núñez.
MUSICA RELIGIOSA
Así como Neruda se sentía orgulloso de que sus versos llegaran al pueblo a través de la música de Vicente Bianchi, la Iglesia Católica ha reconocido el aporte de este destacado compositor en acercar la música sacra a la comunidad.
“Uno de los elementos que constituyeron la reforma más profunda de la Iglesia en el siglo XX, producida por el Concilio Vaticano II, fue la introducción de la mayor participación del pueblo de Dios en la liturgia. Y pocas cosas ayudaron tanto a esa participación como la música. En este punto ciertamente don Vicente Bianchi contribuyó, como muy pocos, a la reforma de la vida religiosa en Chile”. Estas palabras del rector de la Universidad Alberto Hurtado, padre Fernando Montes, sintetizan el aporte a de Vicente Bianchi a la música religiosa.
En 1964 crea su “Misa a la chilena”, obra que incluye ritmos mapuches, cantos corales, danzas nortinas y una cueca. Esta obra fue estrenada en 1965, en una celebración eucarística realizada en la parroquia Santa Adela de Cerrillos y encabezada por el arzobispo Raúl Silva Henríquez, quien desde que conoció su trabajo, lo alentó y apoyó.
En 1969, el Cardenal Silva Henríquez le solicitó la composición musical del “Te Deum Laudamus”, cuya transcripción hiciera del latín al español sobre los versos de San Ambrosio, el Padre Felipe Lázaro. Desde entonces y hasta el año 2000, esta obra fue interpretada por el Coro Santa Marta y la Orquesta Filarmónica de Santiago, bajo la batuta de Vicente Bianchi, realzando la solemne ceremonia ecuménica en la Catedral Metropolitana, cada 18 de septiembre.
Otra obra que refleja el aporte de Vicente Bianchi en este ámbito es la “Misa de la Cruz del Sur (Misa Sudamericana)”. Creada en 1970, en esta composición se encuentran representados los diez ritmos de América del Sur, para las diferentes secuencias de la Eucaristía. Tanto la “Misa a la Chilena” como la “Misa de la Cruz del Sur” fueron grabadas por el sello EMI Odeón.
En 1972 estrenó el Oratorio de Navidad titulado “La historia de Belén”. Es una obra escrita para narrador, coro, solistas y piano, que narra la bella historia bíblica. Fue presentada con esplendorosa coreografía, vestuario y actuación, para Navidad de 1988 en la Quinta Vergara de Viña del Mar, con la participación de 500 artistas aficionados locales.
Por su dedicación al objetivo religioso, Vicente Bianchi fue invitado hace algunos años a integrar el Departamento de Música Sagrada de la Comisión de Liturgia del Arzobispado de Santiago, que en el año Jubilar 2000 le confirió la distinción “Cruz de Santiago Apóstol”, en una ceremonia litúrgica especial celebrada por el Cardenal Monseñor Francisco Javier Errázuriz, en la Catedral Metropolitana de Santiago.
DIRECCIÓN DE CORO Y ORQUESTA
Si bien Vicente Bianchi no ha desarrollado una carrera académica o en las aulas de las universidades, ha realizado una importante labor formativa y un legado en muchas personas, tanto en quienes han formado parte de los coros que ha creado como en los músicos de las orquestas que ha dirigido.
Ha sido el creador y director de coros institucionales de colegios y parroquias católicas, entre los que se cuentan el Coro Sodimac, el Coro Philips, el Coro de la Escuela Nacional de Relaciones Públicas, los coros de los colegios La Salle; Santa Teresa; Religiosas Argentinas; El Carmen Teresiano; y los de las parroquias San Pedro de Las Condes; Nuestra Señora de la Paz; Coro Chile Canta (para grabaciones diversas); además del Coro Santa Marta, actual Ensamble Vicente Bianchi.
Asimismo, entre 1989 y 1992 dirigió el Coro de la Universidad de Santiago de Chile (USACH).
Para todos ellos ha escrito arreglos con armonizaciones especiales, otorgándoles así un sello personal característico, tanto en lo religioso como popular y tradicional chileno.
Un lugar especial en su labor artística ocupa el Coro Santa Marta, institución creada por el maestro Vicente Bianchi en 1965, con el objeto de difundir con feligreses y vecinos su naciente “Misa a la chilena” en la parroquia del mismo nombre, en la comuna de Ñuñoa. Es una agrupación particular que, aparte de sus presentaciones espontáneas, cada domingo en misa del mediodía logró una importante ubicación entre los coros del país, por su novedoso, atractivo y exclusivo repertorio culto y popular, presentado en diversas temporadas en el país y el exterior.
MEDIO RADIAL
Las radioemisoras, que hasta la década del 60 ocuparon la mayor atención del público dentro del ambiente artístico nacional, fueron un medio importante para el desarrollo de las inquietudes musicales de Vicente Bianchi, que comenzaron a destacarse a muy temprana edad. Sus primeras actuaciones en radio, como precoz niño solista al piano, fueron en las emisoras de los años 30: El Mercurio; La Nación; Radio Chilena; Últimas Noticias; Universo; Radio Real y Radio Hucke. En ésta última, a los doce años, creó junto al personaje «El Abuelito Luis» la primera orquesta infantil de su tiempo, con niños de su misma edad (10 a 12 años), y una compañía de variedades de la cual fue director artístico, y en la que participaban pequeños artistas cuyos éxitos conocieron los santiaguinos y todo el país, a través de sus tres giras, realizadas entre los años 1932 y 1937.
En 1938 se incorpora profesionalmente a la actividad radial, en Radio La Americana, como solista en piano, además de preparar y acompañar a artistas de diferentes géneros.
En 1940 ingresa a Radio Sociedad Nacional de Agricultura con los mismos fines, y organiza esta vez un octeto de cuerdas profesional. Por esos años le corresponde acompañar en piano al famoso tenor italiano Tito Schippa durante su visita a Chile. Más adelante volverían a encontrarse en Lima, Perú, para actuar juntos.
En 1943 viaja a Buenos Aires, contratado por Radio El Mundo, la institución radial más importante y consagratoria de América Latina en su tiempo. Actúa como “fantasista en piano” y obtiene la posibilidad de dirigir su propia orquesta con maestros argentinos, convirtiéndose, a los 23 años, en el director más joven de esa prestigiosa emisora.
Luego de finalizado su contrato con Radio El Mundo, y después de haber recorrido en varias giras países como Uruguay, Paraguay y Brasil, regresa en 1949 a Santiago, y es contratado por Radio Minería, donde organiza una sinfonieta con 30 profesores, interpretando música de todos los géneros además de sus primeros arreglos para la música de Chile, en los grandes programas de Embotelladora Andina. Asimismo, crea programas-concurso, el personaje «El Detective Musical» y los conjuntos vocales «Cuarteto Doble Americano» y «Trío Llanquiray».
En 1951 viaja a Lima, Perú, contratado por Radio El Sol, para presentarse en 12 programas estelares de esa emisora, junto al Trío Llanquiray. Dada la aceptación del público y de los ejecutivos de la estación, recibe el ofrecimiento de continuar en la empresa como director musical y al frente de una gran orquesta, actividad que desempeñó durante cuatro años y que al mismo tiempo le sirvió para conocer y estudiar la riqueza musical del país en todas sus regiones. Escribió arreglos instrumentales para música de esa nación, que le valieron los mejores elogios del público y la prensa y la recepción de muchos premios por su aporte al desarrollo cultural del país. La prensa especializada, le otorgó la distinción Inca De Oro, estímulo que se concede sólo a los artistas nacionales.
En 1955, nuevamente de regreso en Chile, se instala en Radio Minería. Junto a otra numerosa agrupación orquestal, reinicia su labor en pro de la música nacional con novedosos arreglos.
En 1960 pasa a formar parte del elenco de Radio Cooperativa Vitalicia, donde continúa ejerciendo sus trabajos profesionales en variadas disciplinas junto a una gran orquesta y haciendo marco musical a destacados artistas contratados por la emisora.
Años más tarde, la radiotelefonía comienza a ser opacada por la televisión, terminan los programas en vivo y la actividad de Vicente Bianchi se centra entonces en la creación musical, grabación de discos y participación en programas de televisión.
En relación a su actividad orquestal, Bianchi afirma: “Siempre he hecho mi trabajo tranquilamente, he convivido con la orquesta en forma muy seria. Yo siempre en segundo plano. Los músicos se dan cuenta de cuando el director sabe, cuando el director está bien metido en la obra y les quiere pedir algo nuevo, y no lo que han tocado siempre”.
MÚSICA INCIDENTAL E HIMNOS
Las creaciones de Vicente Bianchi han estado presentes en películas y documentales. Entre estos últimos destaca “Un país llamado Chile”, de la productora audiovisual chilena Emelco, que fue premiado en países europeos.
Compuso música para las películas “Amanecer de Esperanza” de Miguel Frank; “Nada más que amor” de Patricio Kaulen; “Ayúdeme Ud. Compadre” y “Volver”, ambas de Germán Becker.
Para música de películas, ha dirigido a grandes grupos orquestales como la sinfónica y coros del Teatro Colón, de Buenos Aires, y grupos orquestales del Servicio Oficial de Difusión Radio Eléctrica, Sodre, en Montevideo, Uruguay. Incluso su aporte a la música incidental estuvo presente en el documental sobre el mundial de fútbol 1962 y en diversos noticiarios chilenos producidos por Chile Films.
Compuso dos comedias musicales, una con texto de Carlos Cariola titulada “Un misterio llamado mujer” y otra con libreto de Rafael Sousa titulada “El mercado persa”. Además armonizó, arregló y orquestó la comedia musical “La Pérgola de las Flores ”de su amigo Francisco Flores del Campo. Además, varios colegios y universidades del país cuentan con himnos de su creación.
Sus canciones han sido interpretadas y grabadas por artistas como Pedro Vargas, Olga Guillot, Sonia la Única, Julio Jaramillo, Lucho Gatica, Ana Belén, Mercedes Sosa, Verónica Villarroel entre otros. Y el acompañamiento de su piano y orquesta ha complementado interpretaciones de cantantes líricos como Rayén Quitral, Clara Stock, Nora López, Angélica Montes, Verónica Villarroel, Ramón Vinay y el famoso tenor italiano Tito Schippa.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
Sus visitas al exterior comenzaron en 1943 y abarcan los países sudamericanos, especialmente: Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú.
Destacable es su invitación a los Estados Unidos de Norteamérica en 1974, con su exitoso Coro Espectáculo, único en su género en el país, formado por cuarenta artistas en escena, entre cantantes, músicos y cuerpo de baile, para presentarse en Washington, en el Kennedy Center, siendo el primer artista chileno que actuó en ese prestigioso escenario. También se presentó en la Organización de los Estados Americanos (OEA), interpretando un variado y versátil repertorio internacional de música chilena y de raíz folclórica, y en la Catedral de Washington D.C., para interpretar su “Misa a la chilena”, celebrada por el arzobispo de esa ciudad. Asimismo realizó grabaciones en programas de larga duración para los canales 4 y 7 de la televisión norteamericana.
Continuó su gira por la ciudad de Miami presentándose en el gran Teatro Gusman Hall, y en Nueva York y Pennsylvania, para actuar en localidades vecinas, universidades, iglesias católicas y teatros.
Por la excelencia de sus presentaciones en televisión, estuvo postulado al Premio Emmy, de la televisión norteamericana.
Además, tanto la “Misa a la chilena” como la “Misa de la Cruz del Sur (Misa Sudamericana)” han sido editadas en diversos países del mundo; se interpretan en España, Italia, Suecia, Holanda, Estados Unidos, Alemania, Polonia y Finlandia y están incluidas en el repertorio de conciertos de la Orquesta Nacional de Croacia.